EL FESTEJO DE LOS "HERMANITOS".
9/17/2018 - por Thomas M. Hanna
Este artículo apareció originalmente en In These Times

 A mediados de septiembre, está programada una fiesta secreta en Londres. Los participantes serán cientos de ex alumnos del difunto banco de inversión global "Lehman Brothers". ¿La ocasión? El décimo aniversario del colapso del banco en medio de la Gran Crisis Financiera.

Para muchos estadounidenses, la vista de esos mismos banqueros saliendo a las calles de la ciudad de Nueva York en 2008, con cajas de cartón con sus pertenencias y miradas de asombro en sus caras, fue la primera señal de que algo estaba realmente mal EN EL PAÍS.
Pero el subsiguiente rescate con fondos públicos de las gigantescas corporaciones financieras de Estados Unidos y el "1%" demostraron cuán incapaz y LA FALTA DE DISPOSICIÓN del liderazgo político de la Nación para hacer frente a ese derrumbe. Una década después, todavía estamos experimentando las ramificaciones políticas, económicas y sociales de ese fracaso.

OTRA CRISIS FINANCIERA.

Habrá otra crisis financiera. Eso es cierto. Sólo cuándo y qué tan destructivo será  para un debate serio. La industria financiera está más consolidada que en 2007, dominada por bancos que aún son demasiado grandes para quebrar. Los grupos de presión de los bancos y sus aliados en el Congreso han socavado sistemáticamente las débiles reformas regulatorias implementadas después de la crisis, demostrando de nuevo que el tremendo poder político y económico que ejercen estas instituciones financieras hace que las reformas regulatorias e institucionales sólidas (como "romper los bancos") sean improbables sino incluso imposibles.

OTRA VEZ AL RESCATE DE WALL STREET O UNA RESPUESTA ALTERNATIVA

Estas realidades hacen que sea probable que cuando llegue la próxima crisis, el público, una vez más, será llamado a intervenir y rescatar a Wall Street. Tenemos que empezar a preparar seriamente una respuesta alternativa. Una opción es impulsar la legislación que requeriría una participación de propiedad pública, con pleno derecho de voto, en cualquier institución financiera que deba ser rescatada debido a sus propias actividades fraudulentas o especulativas.
La propiedad pública de los bancos no es tan loca como puede parecer. Ha sido la respuesta política, por defecto, a las crisis financieras en todo el mundo durante décadas, incluso en los Estados Unidos hace 10 años cuando el gobierno tomó posiciones de control de propiedad en Fannie Mae, Freddie Mac, AIG, Citigroup y GMAC, y proporcionó inyecciones de capital a más de 700 bancos.
Casi todos los analistas que apoyaron estos rescates y nacionalizaciones a corto plazo rechazaron enfáticamente la propiedad pública a largo plazo. Sin embargo, estos juicios imprevistos ignoran deliberadamente la experiencia extensa, y a menudo altamente exitosa, con la banca pública tanto en los Estados Unidos como en todo el mundo.
En toda Europa, más de 200 bancos públicos y semipúblicos representan aproximadamente una quinta parte de todos los bancos.